No hay nada más creativo que la vida, que jamás se repite a sí misma. La creación es un estado permanente, no es algo que sucedió una vez y ya.
Nuestra parte Acuario es esa creatividad, esa libertad para inventar lo nuevo.
En Capricornio llegamos a la meta, logramos el deseo lanzado en Aries. Eso implicó compromiso, trabajo, responsabilidad. Y nos permitió adquirir sentido de conciencia colectiva: un registro de que el proceso siempre es con otros. ¿Qué falta entonces? ¿Qué más nos pide el Zodiaco?
Falta distribuir el logro. Como el Aguador, que lleva el agua (la energía) a donde hace falta.
En Acuario aparece un tipo de comunidad basada en la valoración de las diferencias. Aparece la diversidad. Es una comunidad abierta: nuestra parte Acuariana percibe que los otros son distintos, pero también conecta con ellos.
Nuestra faceta Acuario sabe que somos una Red, un entramado, que la energía circula a través de las formas, que todo se distribuye libremente.
(Seguramente escuchaste que estamos en la Era De Acuario y eso tiene mucho que ver con la red, con ese internet que ha revolucionado nuestras forma de estar conectados).
En Acuario el Zodíaco está a punto de finalizar. Por eso pide que aparezca la semilla para el nuevo ciclo, el germen de lo que será otro proceso. Por ahora, es solo una semilla. Pero esa es su creatividad: es diferente de lo anterior, es nueva.
Si vivimos un Acuario empobrecido, muchas veces podemos llegar a sentir que todos los días somos o queremos algo distinto y tener pánico a ser encasillados. Podemos ser soberbios y valorar sólo nuestra propia diferencia.
Pero qué pasa si en vez de andar como rebeldes sin causas, sintiéndonos incomprendidos, habilitamos realmente la diferencia en el otro? Podemos tener una conexión que es diferente y perder el miedo a que nos etiqueten. Allí está la riqueza.
¡No lo olvides!: aunque acostumbramos decir “yo soy de (cualquier signo)", en realidad en TODAS las Cartas Natales están TODOS los signos del Zodíaco.