Tu “parte Aries” es eso que llamás tu instinto, tu deseo, tu capacidad de decidir, de tener iniciativa, de correr riesgos, de lanzarte a la aventura, de comenzar cosas nuevas, de atacar y defenderte cuando hace falta, de usar una cuota sana de agresividad, de priorizarte y hacerte valer, de ser independiente y funcionar de forma proactiva.
Aries es la cualidad de la potencia impulsora, del Big Bang que nos mueve hacia adelante, del primer paso de un nuevo ciclo, del espermatozoide que se lanza a fecundar, del primer brote del árbol que será, de la fuerza de la inspiración creadora, de la faceta masculina del deseo.
Si le bajamos demasiado el volumen a nuestra parte Ariana, por temor a confrontar, por timidez, por exceso de precaución o de prudencia, nos desconectamos de nuestro deseo, acorralamos a nuestro instinto, desatendemos nuestra faceta emprendedora, olvidamos nuestra independencia y dejamos de hacernos valer.
Pero si le subimos demasiado el volumen a nuestra parte ariana, nuestro deseo se torna violento, irrespetuoso, desconsiderado, avasallante, invasivo, irritable, iracundo.
Trabajar con nuestra parte ariana significa observar si nos movemos hacia los extremos más pobres de la cualidad zodiacal y encontrar buenos usos para la misma, porque TODOS TENEMOS ARIES. ¿O acaso no te habita el deseo?
¡No lo olvides!: aunque acostumbramos decir “yo soy de (cualquier signo)", en realidad en TODAS las Cartas Natales están TODOS los signos del Zodíaco.