El último signo del Zodiaco es el agua oceánica que representa la Unidad hacia la que todo finalmente retorna. Por eso nuestra parte pisciana es nuestra faceta más amorosa, espiritual, sensible.
Es esa zona de nuestra psique que conecta con el llamado Inconsciente Colectivo por Jung. Es como si fuera una parte nuestra que sabe que, aunque estamos separados los unos de los otros, en realidad “Todos Somos Uno”.
Cuando nos sensibilizamos con un personaje en el cine, cuando escuchamos música y nos conmovemos, cuando sentimos compasión por alguien en situación de calle, cuando conectamos con nuestra vulnerabilidad compartida, estamos funcionando desde nuestro Piscis.
Si la humanidad resonara mejor con esta cualidad, no toleraríamos que otros padecieran, seríamos más empáticos los unos con los otros.
También es cierto que esa disolución de los bordes que nos separan, puede llevarnos a des-personalizarnos y confundirnos. Los fenómenos de masas más terribles son piscianos, porque perdemos individualidad y nos dejamos llevar por la marea oceánica (un linchamiento, una secta ciega, una hinchada deshumanizada dejándose tomar por el odio a los oponentes).
Como todas, la energía de Piscis puede manifestarse de forma pobre o rica. Depende de nosotros.
Si le subimos demasiado el volumen, nos sensibilizamos tanto que funcionamos como víctimas ante un mundo que sólo percibimos como cruel. Si la modulamos bien, nos hacemos más permeables y resonamos intuitivamente con todo lo que nos rodea pero exageramos esa resonancia funciona como simbiosis con lo que tenemos alrededor y nos confundimos, despersonalizándonos.
Si le bajamos demasiado el volumen, nos deshumanizamos y dejamos de resonar con lo que nos rodea, aislándonos.
Piscis es el último signo, el final del proceso, cuando todo se consuma. Pero también, es el momento en que la semilla del signo anterior (Acuario) se hunde en la tierra y desaparece de nuestra vista, porque está preparándose para el nuevo ciclo. El brote que aparezca será el nuevo comienzo (Aries).
El Zodiaco nos enseña que el tiempo es circular.
¡No lo olvides!: aunque acostumbramos decir “yo soy de (cualquier signo)", en realidad en TODAS las Cartas Natales están TODOS los signos del Zodíaco.