Todos sentimos, pero lo hacemos de forma diferente.
Nuestra dimensión emocional está representada por las Casas IV, VIII y XII de nuestra Carta Natal.
Allí podemos ver el mapa de nuestros afectos de origen, la sensibilidad que se forjó cuando éramos chicxs, la forma en que podemos madurar emocionalmente, y lo que necesitamos transformar en nosotrxs para poder conectarnos con la capacidad de amar en serio.