VII El Carro - Encabezado VII El Carro - Encabezado

VII El Carro

El siete es un número que refiere a la completud de una forma muy particular: siete colores en el arco iris forman la totalidad de la luz, siete días conforman una semana en la que hacemos un proceso y lo completamos, siete chakras expresan la totalidad de nuestro ser.

Simbólicamente, en siete días se creó el universo. Lo cual no significa que la vida se detuviera, sino todo lo contrario. La historia comienza allí. Si equiparamos ese macro-cosmos con el micro-cosmos que somos cada uno de nosotros, El Carro estaría expresando que a partir de estar completos, formados, podemos avanzar hacia la vida, sintiendo que sabemos quiénes somos.

Claramente es esta una carta de movimiento, de avance. Aparentemente, tenemos la capacidad para emprender la marcha. ¿Pero quién conduce? He aquí la toma de conciencia: ¿nos dejamos llevar por un ego (un “yo”) que “se la cree” (porque claramente la carta muestra cierta sensación de éxito y de triunfo)? ¿o podemos dejarnos motorizar por ese algo más grande que somos (que Jung llamó el Sí-Mismo), un principio de mayor trascendencia, más alineado con nuestro Ser como totalidad?

El Carro simboliza la autoconfianza, el auto-reconocimiento, el empoderamiento. Representa la sensación de tener dominio sobre nuestra vida, de saber quiénes somos. Nos sentimos capaces y en contacto con nuestros logros. Desde allí, podemos ser emprendedores, tomar la iniciativa, ponernos en movimiento, lanzarnos al viaje. Pero también es una carta que nos advierte sobre la soberbia de un ego exacerbado, la vanidad, la omnipotencia y el egoísmo. La victoria no es real si la asumimos desde la arrogancia, porque entonces, en realidad, somos más perdedores que otra cosa, aunque a simple vista parezca lo contrario.

¿Cómo trabajas para que los impulsos de tu Yo escuchen a la profundidad de tu Ser?