De la Auto-Consulta a la Consulta con Otres - Encabezado De la Auto-Consulta a la Consulta con Otres - Encabezado

De la Auto-Consulta a la Consulta con Otres

Muchas personas empiezan usando el Tarot para sí mismas y luego se animan a hacer consultas con los demás. En una auto-tirada combinamos lo que sabemos de las cartas de tarot con lo que sabemos sobre nuestra vida. Y eso es relativamente más fácil que descubrir cuál es la relación de lo que vemos en la tirada con la vida de otra persona. ¿Cómo tener certeza sobre la interpretación?

En realidad, si tomamos ese camino, la cosa no va a funcionar. Querer definir con exactitud la “interpretación correcta” es ubicarnos en un lugar omnisciente, o sea, como alguien “que conoce todas las cosas reales y posibles”. Es casi como querer ser Dios. Es una exigencia desmedida y en un punto, omnipotente. Pero es común que vayamos por ahí sin darnos cuenta. Así que lo primero es replantearnos eso.

La clave de una buena consulta de Tarot es el DIÁLOGO. Las respuestas NO están en las cartas, ni en el Tarotista, ni siquiera en la relación que el Tarotista tiene con las cartas. ¿Sorprendidxs? Las respuestas están dentro del Consultante y se van a visibilizar en la Tirada de Tarot. De hecho, importa más la relación entre el Consultante y las cartas que la relación entre el Tarotista y las cartas. Pero lo  crucial es la relación entre el Tarotista y el Consultante, o sea, el diálogo. Nuestro trabajo es aprender a conversar para poner en palabras lo que necesita ser visibilizado, dicho, escuchado. La interpretación NO es algo que el Tarotista construye PARA el Consultante, sino algo que elaboramos juntxs, CON el Consultante.

Generalmente pensamos que las preguntas las hace el Consultante y las respuestas las da el Tarotista. Pero es al revés. El arte del Tarotista es preguntar y espejar. Cada símbolo tiene una dimensión colectiva y una dimensión personal. El Tarotista puede aportar el saber sobre lo primero, pero lo más rico es descubrir lo segundo.