Te gusta el Tarot pero, ¿por dónde empezar? Un mazo y un buen libro. Los básicos son el Marsellés y el Rider. Un libro fácil de nivel intermedio es “Tarot Leveratto” (no el de dos tomos chicos, es el que sacó con su mazo). Siguiente obviedad: en internet hay info buena y mala, investigá. Y por último, un curso. Si sos autodidacta y te resulta, dale. Pero es obvio que la interacción te aporta mucho. Un curso de calidad no dura menos de un año, pero depende si te interesa sólo para vos o si querés ser profesional.
Algo no tan obvio, es qué abordaje te interesa, porque el Tarot está relacionado a la futurología. En nuestras publicaciones hablamos mucho de esto, porque el debate “Destino-Libertad” es algo sobre lo que un tarotista tiene que reflexionar en serio. Simplificando, pretender saber lo que va a pasar implica que en el fondo, creemos que todo está escrito, pero eso anula la idea de que somos libres y responsables de nuestra vida. ¿Somos títeres de la predestinación? ¿Entonces qué sentido tiene vivir? ¿Para qué tener deseos o proyectos si está todo dicho? Pero a la vez uno dice cosas como “tenía que ser así” y también suceden cosas que no entendemos y no intencionamos. Es un tema complejo, pero si te interesa el Tarot, hay que darle vueltas y estar abiertxs a diferentes perspectivas. Un buen curso debería abrir la posibilidad de pensarlo, pero no todos lo hacen.
Último tema importante: ¿querés trabajar con otrxs? Es una gran responsabilidad y hay que hacerse cargo: requiere preparación, porque aún sin intención, podemos hacer daño. Ahí el autodidactismo tiene sus límites. Incluso si es para vos: es como un médico queriendo operarse. Complicado. Prepararse significa hacer un proceso personal con el Tarot, navegarlo en vivencia, meditar con cada Arcano, estudiarlo no sólo intelectualmente sino también abrirse a que nos transforme emocionalmente. Eso requiere guía.