Capricornio es el signo nro. 10 del Zodiaco y representa la máxima realización de la forma. Asociamos este número a lo perfecto, la completud que aparece como el gran logro. La llegada a la meta evoca la experiencia recorrida hacia el éxito y supone una trayectoria de esfuerzo, perseverancia, un haber sostenido el trabajo en el tiempo.
Se trata de una energía austera, concentrada, focalizada en su objetivo. Vemos que los términos utilizados describen una cualidad adulta, sobria, responsable, que logra hacerse cargo de sí misma. La satisfacción de haber llegado a la cima, construye una sensación de seguridad y solidez personal, una autoridad comprendida como el ser autores de nuestro camino.
Las personas con Luna en Capricornio despliegan esta energía desde pequeños, es decir, cuando en verdad, no eran adultos. Y lo hacen para cuidarse y protegerse, ya que de esto se trata la función lunar. Desde niñes se muestran serios, cumplidores y responsables, aparentando que pueden ocuparse de sí mismos sin ninguna asistencia y manteniendo a los demás lejos de su intimidad emocional. Sin embargo, no registran esa toma de distancia como un gesto propio y suelen sentir que fueron abandonados emocionalmente. En la distancia entre la cualidad energética y la realidad psico-física, han construido una afectivización desmedida de la responsabilidad y la adultez.
En el trasfondo emocional de estas personas, existe un niñe que aún anhela que aparezca, finalmente, el adulto que se hará cargo. Es por eso que su gran crecimiento emocional consiste en des-rigidizarse afectivamente, habilitando una adultez emocional más verdadera, que reconozca que la distancia y la frialdad no son necesarias como condición para la supervivencia o el amor.
Estas personas se refugian en el “poder solos”, creyendo inconscientemente, que sólo así recibirán afecto. Es por ello que su verdadero talento, una fortaleza emocional compartida con otres, necesita traspasar la repetición emocional que mantiene a las demás personas lejos de su propia vulnerabilidad, con una alta exigencia hacia sí mismos y los demás. Dejar de rechazar lo tierno y lo blando será una gran señal de maduración afectiva.
Mecanismo Lunar:
me distancio afectivamente en la autosuficiencia
me refugio en el trabajo o el deber-ser
afectivizo en exceso la responsabilidad
Talento Lunar:
realismo emocional
capacidad de sostén afectivo
perseverancia y constancia amorosa
También aplica con:
Luna en Casa X
Luna en aspecto con Saturno
Saturno en Casa IV
Capricornio en Casa IV